Perdiendo se ganaron alianzas, perdiendo se ganaron votos, perdiendo se ganaron amigos pero también perdimos lo más importante, la renovación contundente del partido.
Pero además de toda la ganancia que trajo la derrota, también fallaron los cálculos, esos que tanta esperanza le regalaban a Andrés Felipe Arias días, horas y hasta minutos antes de saber la triste noticia. No contaron con esos votos de los "volteados" y de los que no se contactó nunca por pensar que un aspirante Senador hace más que un aspirante a la Cámara. No contaron con la astucia de Noemí en el Valle y en Soledad, la tierra de Fincho Cépeda.
Los cálculos también fallaron en Bogotá, teniendo en cuenta que es donde más se da el voto de opinión, la confianza estaba puesta en zonas rurales de Nariño o Cauca. La victoria de Arias en Bogotá si que sorprendió, con once mil trescientos cuarenta votos de diferencia, Arias sorprendió al país. Al parecer AIS no afectó tantas susceptibilidades.
Insisto, perder si es ganar un poco. La vieja es ella, Arias lo que está es joven.